miércoles, 16 de marzo de 2011

-Si, mi capitana!
-Y no se olvide de decirle al timonel que cambiamos de rumbo.
-Y me gustaría, si se me permite, pasar los calabozos, y pedirle al teniente que está encarcelado que me de un beso.
-De camino, digale al escritor, aquel fracasado de la esquina, que me traiga mi batido de fresa.
-Pero, No tenemos batido de fresa, en esta bodega solo hay Jagermaister, expresas órdenes suyas.
-¡Rayos y centellas! ¡Coronel teniente Nogal! No le he dicho mil veces, que el batido de fresa es el nombre en código del Jager superior que utilizamos tan solo Vd. y yo, pero que los demás marineros no pueden saber, porque arriesgamos un motín, y no es viable, porque yo no sé atar tortugas con los pelos de la espalda.
-Yo lo aprendí en la academia militar, y lo haré para Vd. Es más, ataremos al escritor y al teniente del calabazo, para que remen con los brazos.
-Ah, menos mal que la tengo Vd. es de lo poco valioso de este barco, ahora, vamos a centrarnos y marcar el rumbo, hacia el desfase, claro.
-¡La isla desfase! Si, necesitamos rellenar las provisiones, y sacar de la carcel a Francesco, que sale hoy, por su condena de matar canarios.
-Sale hoy de la cárcel? maldito diablo, nos arrastrará a todos al infierno. Avíse a Samuel, y haga que ese idiota de, ¿cuál era su nombre?, John? Josueph?, bueno, que se calle ya.
-Lo he intentado todo, incluido los calcetines de Samuel, pero es imposible que deje de mediar palabra.
-Maldita sea nuestro sino, acabará saltando por la borda.

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