Jamás lo hubieran imaginado, pero en aquel instante, eran felices, bajo las estrellas, invisibles ante el barullo de la ciudad.
Las sonrisas inundaban el aire, y sintieron el presagio del inevitable comienzo, latente, ante ellas, a tan solo un pequeño y tímido paso. Un presagio lleno de nuevas historias, nuevas ideas, y el olor, excitante aún se marcaba en el aire húmedo del amanecer.
Algo estaba a punto de cambiar, y cambiaría sus vidas, para siempre.
Amén.
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