lunes, 17 de enero de 2011



Cómo ha cambiado irremediablemente mi vida. Siempre es el último día de verano y me he quedado fuera, en el frío, sin una puerta para volver a entrar. He tenido más momentos intensos de los que por derecho me corresponderían, para muchos la vida les pasa de largo mientras hacen grandes planes para ella. A lo largo de mi vida, he dejado pedazos de mi corazón aquí y allí, y ahora apenas me queda el suficiente para seguir viviendo, pero fuerzo una sonrisa, sabiendo que mi ambición sobrepasaba mucho mi talento. Ya no hay caballos blancos, ni mujeres guapas en mi puerta

No hay comentarios:

Publicar un comentario